8 de Diciembre, Inmaculada Concepción de María y Fundación del Círculo de Estudios Santaella

El 8 de Diciembre de 1854, el Sumo Pontífice Pío IX pronunció la bula Innefabilis Deus, proclamando el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

"Declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano"

Sin embargo, ya lo advertiría Don Marcelo de Sevilla, como conocían popularmente al muy querido Cardenal-Arzobispo Monseñor Marcelo Spínola, en 1896 a través de una carta pastoral dirigida al pueblo sevillano:

"Nadie que esté medianamente versado en el dogma católico ignora que el primer grito que se oyó en la Iglesia para pedir la definición dogmática del Misterio de la Concepción Purísima de María, salió de España y partió de Sevilla"

Y es que viene de antiguo otorgar a la Ciudad de Sevilla la gran gloria y gracia de Tierra de María Santísima, tanto es así que no hay acierto en determinar cuando el pueblo sevillano tomó tan gran honor. Los únicos vestigios determinables se pierden junto a las raíces fundacionales de la primera hermandad de la Concepción, llamada la Cofradía de los dos cabildos, por estar formada por el Eclesiástico y Secular, allá por el año 1258. Aunque podría ser anterior al tiempo de la Reconquista, por la patrística que se extendió por la ciudad hispalense gracias a las enseñanzas de San Leandro y San Isidoro de Sevilla, conociendo de sobra las tesis de San Irineo, por la cual se establece que al ser Jesús el nuevo Adán (1 Co 15:21-22), María es la nueva Eva que desata el nudo de la desobediencia que aquella apretó, cuando pronuncia esas palabras tan importantes como salvíficas para la humanidad: "Hágase en mi según tu palabra", y manifiesta carencia de mancha alguna desde su concepción, como Eva.


A parte de tener una honda tradición en la afirmación de este dogma, Sevilla tiene la bendición de ser la abanderada de la reivindicación dogmática de la Inmaculada Concepción de María de todo el Orbe Cristiano, pues fue de esta tierra de donde partió la comisión eclesiástica compuesta por Vázquez de Leca y Bernardo Toro con el respaldo de Felipe III, que se dirigiría a Roma para hacerle llegar la petición al Papa Paulo V del reconocimiento de este dogma, consiguiéndose a medias en 1616.

Y es que es digno de saber, que la profunda raigambre popular concepcionista llegó hasta las últimas expresiones para la defensa y divulgación del Misterio de la Pura y Limpia, así pudiendo destacar el voto de sangre por la defensa del dogma de los Hermanos del Silencio, la hermandad más primitiva de Sevilla, los episodios conflictivos alrededor del Convento Dominico Regina Angelorum que no reconocía este dogma y los versos populares del gran poeta concepcionista Miguel Cid, que rezan:

"Todo el mundo en general
a voces Reina escogida
diga que sois concebida
sin pecado original"

Así, nos adherimos a este grito popular, como sevillanos, y queda la constitución del Círculo de Estudios Maese Rodrigo Fernández de Santaella arraigado a este día, Día de la Purísima Concepción de María Santísima, a cuyo patronazgo nos encomendamos para alcanzar los fines últimos del Círculo, y del Cristiano.


Fernando Galera Escudero